—Es-toy me-an-do-me encima . ¿Porqué no lo entendí al ver que te cogías los huevos? Oye, tú que puedes, el lavabo está a tu izquierda, a no más de quince pasos, yo voy a acabarme el cigarrillo, te espero aquí sentado — Alf leyó los nerviosos labios de Fred.
—Vale, pero si me pasa algo por no acompañarme te sentirás culpable toda tu vida.
—Hablaste demasiado rápido Fred, no te entendí.
Fred hizo un gesto con la mano para indicar un: “no importa” y se giró a su izquierda en dirección al servicio.
—Oh, esos pájaros parecen cantar —pasó una chica corriendo con auriculares puestos y Alf la siguió con la mirada—. Como echo de menos la música…
Fred en el servicio
—Esto huele fatal —hablaba Fred poniendo cara de asco.
Palpaba las paredes, encontró de manos y le dio en el interruptor en ese encuentro. Siguió la pared hasta descubrir la puerta y entró.
—¡Ah, sal de aquí ahora mismo, pervertido!
—¡Ay dios, me volvió a pasar lo mismo! Lo siento mucho señorita, soy ciego y me confundí de servicio.
—Ah, si es así espere un momento que me subo las bragas y le ayudo — la mujer se levantó de la taza y se subió las bragas y los pantalones—. Oh, veo que su imaginación si funciona bien, eh ¿O me mintió? —dijo la mujer mirando el miembro erecto de Fred.
—Lo siento señorita, es que cuando eres ciego te estás imaginando todo el rato el aspecto de tu entorno y claro al decir que se subía las bragas no pude evitar imaginármela desnuda —respondió Fred tapándose con las manos su erección.
—Está bien está bien, no parece que mienta. Vamos, le acompañaré al servicio de caballeros.
La mujer lo cogió del brazo izquierdo y lo fue guiando al lavabo. Al salir les vio Fred que no pudo evitar abrir la boca y los ojos como ceros. Pues observar salir a Fred con una mujer abrazada a su brazo y con la polla empalmada era digno de sorprenderse para ser una tarde de domingo en el parque delante de su casa. Que enorme sonrisa de felicidad la de Fred.
Que divertido que no pueda ver la troll que la acompaña.
Me gusta esto:
Me gusta Cargando...