El Mochuelo, en Bidon

Reseña del relato El Mochuelo en Bidón City, de Antonio Marcelo y publicado por la Editorial Niña Loba.

Los relatos de Niña Loba son deliciosamente seleccionados, cosa que notaréis conforme os animéis a ir leyendo algunos, algo que tenéis servido en bandeja de plata gracias a tenerlos publicados en la plataforma Lektu, a precio libre, es decir tú eliges cuánto pagas por ellos, desde cero euros a las llaves de tu coche. Lo habitual es descargarlo por cero euros y luego regresar a comentar lo horrible que es y las pesadillas que te ha provocado y abonar seis euros como señal diabólico. O juégatela y paga de entrada unos euritos y haz feliz a toda esa gente que se deja la salud escribiendo, editando y publicando.

Pero empecemos a hablar del relato.
He de decir que entré en él engañado, pensando que era un relato ambientado en un mundo postapocalíptico y que habría tiros, muerte, gasolina, peleas, escopetas cutres y fuego. Pues nada de eso. El título describe mejor de lo que parece el relato al mencionar a Mochuelo, de nombre Daniel, protagonista a la novela que hace referencia, El camino de Miguel Delibes. Algún día debería releer el libro, pues tiene mucha miga y es el primer libro que recuerdo haber leído y disfrutado, quizá uno de los gérmenes de que más adelante me diera por escribir. El camino narra la historia de un niño, sus amigos y los vecinos de un pequeño pueblo donde crece y parece que todo está pensado para perdurar como la Comarca de los hobbits, pero Daniel el Mochuelo consigue salir del destino de sus carriles y decide ir a la gran ciudad a estudiar y arriesgarse a lo que sea, a un cambio en las reglas, una perturbación en la línea recta prefijada.


El protagonista de El Mochuelo en Bidón city es el Mochuelo, que se llama Luis Andrés, hijo, esta vez no del quesero sino del narcotraficante del pueblo, cambiando el atrezo pero conservando el espíritu explorador de Daniel, esta vez atado a la lectura. Aunque la historia no se plantea así, sino que ofrece múltiples giros, siendo el protagonista que te presentan un hombre mayor, que busca un lugar donde terminar sus días. Un canoso hombre que amontona libros en su caravana, un inmigrante que fue legal mucho tiempo pero ya no y ahora solo le queda Bidón city como último refugio.

Reconozco que al principio seguía sin saber qué esperar del relato y poco a poco le fui encontrando el punto, mucho más literario de lo que pensaba en un inicio, con menos acción pero a la vez con unas pinceladas precisas de la misma, como esa vecina descolgando la ropa en plena lluvia de fango, bronceándose de un modo normalmente no apetecible. Paco Paredes, el entrañable narrador es un ser que induce ligeramente a la lástima pero a su vez se le nota que lo mejor de su vida ya fue y no por ello su final, aunque más penoso y brillante, sigue teniendo un valor en su lugar donde esta y sigue haciendo lo que quiere, consiguiendo libros, compartiéndolos… la verdad es que Paco Paredes podría ser sin problemas un personaje genial en mi novela Un universo compartiéndose… quizá lo sea, de algún modo. Le agradezco a Antonio Marcelo haberlo escrito e inspirado a un chavalito entrando en años como yo que aún no ha podido fracasar como escritor como sí lo ha hecho Paco Paredes sin renunciar en ningún momento a vivir literariamente, porque eso siempre se puede hacer mientras así lo quieras, leyendo y compartiendo. No es el caso de Antonio Marcelo, que claramente está en el mundo literario en calidad de escritor, y por ese relato ya me siento cómodo de afirmar que es bueno, un buen escritor e interesante y accesible. Me atraen sus novelas, de las que Paco Paredes hace alguna mención, lo cual siempre me encanta, la meta-literatura es maravillosa, y aquí, en Bidón City la hay y de gran calidad.

Paco Paredes arrojó los posos de café sin molestarse en leer el futuro que dibujaron sobre la tierra recién regada, dejó la taza encima de los libros y siguió embebido en su lectura,

un librito sobre las andanzas criminales de un cirujano enajenado al que apodaban el Vendado en la Galicia del siglo XIX, hasta que el petardeo insoportable de una moto le hizo alzar la cabeza con fastidio.

No os perdáis este viaje, venid a ver Bidón city y su misteriosa forma de subsistencia, porque viven apartados de la ley pero no sin ella, quizá la constitución estadounidense no ha llegado al pueblo pero sí hay normas estrictas para vivir en Bidón city y todos deben cumplirlas.

Por último quiero recomendaros que echéis un ojo al blog del autor y ya sabéis, leed mucho, leed bien.

El Mochuelo, en Bidon

Dioses Menores, reseña

Terry Pratchett… me siento una mierda cuando recuerdo que conocí a Terry Pratchett hace relativamente poco, y que no me dolió el alma con su muerte… cosa que sí ocurrió después de leer Dioses Menores y ver algunas adaptaciones al cine de sus obras de Mundo Disco.

Dioses menores forma parte de la famosísima (y más que tendría que ser) saga de Mundodisco, la mejor e insuperable saga de libros de fantasía aplicada. Una fantasía que recoge el testigo de los cuentos con moraleja, pretendiendo parodiar la realidad del mundo humano. Ya sea para pasarlo bien o sufrir con los descubrimientos de uno mismo y su entorno. Ya sea para aprender, y llorar, y reír…
Como me ocurre a menudo últimamente… siento que ya se ha hablado mucho y mejor sobre Mundodisco, por ejemplo en este vídeo que cuenta la filosofía Pratchiana con mucha claridad y estilo:

Pero retomemos, con DIOSES MENORES Terry decide tratar la religión. Así que nuestro protagonista es un monje, firme seguidor de Om, un poderoso dios representado con la forma de un toro. Deidad que el bueno de Terry no tarda ni cinco páginas en presentarnos en forma de tortuguita indefensa que habla y que nadie cree que pueda ser su poderosísimo dios del que habla la iglesia de Omnia, la ciudad estado bastión de la fe en Om. Aunque como digo, la fe hace tiempo que cambió de lugar y pasó de Om a la misma estructura de la iglesia que pretendía adorarle y ganar seguidores.

Fragmento del libro:
Muchas historias comienzan mucho antes del principio, y la de Brutha tuvo sus orígenes miles de años antes de su nacimiento.
En el mundo hay billones de dioses. Hay más dioses que mosquitos en un pantano. La inmensa mayoría de ellos son demasiado pequeños para verlos y nunca llegan a ser adorados, al menos por nada más grande que las bacterias, las cuales nunca dicen sus propias oraciones y no son lo que se dice demasiado exigentes en cuestión de milagros. Son los dioses menores, los espíritus de los lugares donde se cruzan los caminos de dos hormigas, los dioses de los microclimas que hay entre las raíces de las hierbas. Y la mayor parte de ellos se quedan así.

Porque les falta fe.
Un puñado de ellos, no obstante, terminan subiendo de categoría. El cambio puede ser provocado por cualquier cosa. Un pastor busca una oveja perdida, la encuentra entre los zarzales y dedica un par de minutos a levantar un montoncito de piedras en señal de agradecimiento general a cualquier espíritu que pueda haber por ahí. O un árbol de forma peculiar llega a ser asociado con una cura para la enfermedad. O alguien talla una espiral encima de una piedra solitaria. Porque lo que necesitan los dioses es que crean en ellos, y lo que quieren los humanos son dioses.
La cosa suele detenerse ahí. Pero a veces va más lejos. Más rocas son añadidas, más piedras son levantadas, un templo es edificado allí donde antes se alzaba el árbol. El dios se vuelve más fuerte y la fe de sus adoradores lo impulsa hacia arriba como mil toneladas de combustible para cohetes. Para unos cuantos, el cielo es el límite.
Y a veces ni siquiera eso.

Fin del fragmento.

Me encanta estos párrafos. Yo como escritor me ocurre a menudo que escribo un párrafo así pero con cualquier otra idea y ya no logro desarrollarla… Pratchett me da unas buenas lecciones literarias.

En el mundo hay billones de dioses. Hay más dioses que mosquitos en un pantano.
Terry Pratchett- Mundodisco: Dioses Menores

Bien, ciñámonos a la novela en sí.
Brutha, el monje analfabeto de corazón de oro, se encuentra con una extraña tortuga parlante mientras está trabajando en el huerto como le han mandado sus superiores de la iglesia de Om a la que pertenece. Todo esto ocurre en la ciudad-estado isleña de Omnia, cuya cultura recuerda, misteriosísimamente a la cristiana en su época de mayor poder político, con obvios márgenes de diferenciación. Omnia tiene una disputa con otra ciudad estado llamada Efebia, cuya cultura recuerda misteriosamente a la ateniense clásica en su época de esplendor filosófico. Ello, lleva a Vorbis, líder de la inquisición, a llevarse a Brutha que a su vez se lleva a la tortuga endemoniada o divina, ya cada cual lea a negociar la paz con Efebia. Para ello cruzarán el mar, y el desierto, y la ciudad, y todo tipo de divertidos peligros. Y luego regresar, disfrutando entonces de un poco más de seriedad (habiendo espacio durante toda la novela tanto para las risas como para las reflexiones) y experiencias místico-religiosas.

Para mí ha sido todo un descubrimiento. Como presenciar un milagro. La fantasía es un género que disfruto mucho en el cine y que en novela no me atraía nada por lo que se conoce como las dragonadas. Pratchett machaca el género y nos recuerda a todas que NO HAY LEY INAMOVIBLE hecha por las personas. Lo celebro. El mundodisco es un canto a la creatividad por erudición. Estudiar infinitamente todo lo que hay en la humanidad repartida por el azul mundo y luego retocar, fusionar, cortar y recortar, coges un nombre por aquí, una leyenda por allá, un dios por más allá y un cuento infantil, y una serie policíaca, y otra sobre abogadas, y hombres, y mujeres, y niñas y bebés, y verdes y rojos… y lo montas todo en una tortuga… pero le falta altura para darle epicidad, y montas cuatro enormes elefantes a la tortuga que ahora es cósmica, y encima de los lomos de los elefantes ya cabe perfectamente un planeta, un planeta plano circular (esto para vosotras, mis queridas seguidoras terraplanistas) y tan hermoso como peligroso, tan sumamente bello como absurdo… tan auténtico como el nuestro.

Para terminar, quisiera dar mis más sinceras gracias al gran escritor Guillermo Estiballes, quien me regaló este delicioso libro (porque dejarlos y que no los devuelvan nunca es una pérdida de energías absurda).

Así que ya sabéis niñas y niños y niñes, leed mucho, regalad libros y explorad la vida con la misma pasión que la literatura y al revés y viceversa o multiversa.

Dioses Menores, reseña

El món segons Pla (relato en español)

Una entrevista imposible, esa es la que quisiera hacer hoy. Albert Pla y su abrazo al arte, tan tierno como fumar opio cómodamente tumbado en una cama. Lograr sacarle respuestas a Albert Pla es un acto heroico y exigente por su parte; él habla si quiere, si le caes bien, si te respeta, si le da el viento en una parte acalorada de su delgado y estético esquizofrénico cuerpo.

Así fue cómo pasó:

Me encontraba perdido. Yo, Diego María Botas Recio. Un mayormente humilde periodista musical. Así me suelo presentar, sin embargo y para mi vergüenza suelo ser: Diego, el yonkie ese mierda que rehuye sus deudas como un perro ladrón de su amo. O, una presentación más amable: el señor Botas, suele escribir mal, pero en un buen día, con la banda adecuada, te hace un entrevista publicable.
Así que perdido, después de un muy buen concierto, no tan memorable por sus formas y no por carencia alguna de calidad, de Los planetas o como la gente los conoce, nuestros queridos planetas…
Fui a mear, eso lo recuerdo. Se me cayó el… una cosa del bolsillo y me agaché a recogerlo pero no lo encontraba. Seguí el rastro de eso que se había roto un poco y perdía sustancia… lo encontré al fin, en la mano de un hombre que vestía con una andrajosa túnica marrón que no llevaría ni mi bisabuela la del campo. Y sí, lo creáis o no, la mano que sujetaba mi piedrita blanca era nada más ni nada menos que el hijo puta de Albert Pla.

Hombre Albert, le dije, tú por aquí, pensaba que con la familia ya no te liabas a ir a ver a otras bandas. Después de observar una oruga deslizarse por una hoja de roble, Albert me miró y me dijo, si, no salgo mucho del cau. Dijo, soy un hombre de familia. ¿Tú no eres Tito, no? me preguntó pero parecía hablarle a alguien detrás de mi. Me giré y comprobé que no había nadie, menos mal que ya bajó los efectos del concierto. No, yo soy Diego, te he visto en concierto decenas de veces, eres muy bueno, llevo tiempo queriendo hacerte una entrevista pero eres muy escurridizo.
Ahora tengo un rato, tío, aprovecha mientras me lio un cigarrito.
Esas son la clase de oportunidades que el señor Diego Botas Recio no deja escapar. Ahí voy entonces!

¿Qué me puedes contar sobre tu último libro, España de mierda? A mi me gustó bastante, podría ser mi vida, o la tuya o la de Julián de los siniestro total… o la de…
Si exacto, la de cualquier rockero español que se estime, eso quise escribir, una historia del rock en España, nuestra muy odiada España hecha un cristo… Sabes, la gente se levanta por la mañana y se pregunta que dirán en las noticias hoy. Yo, que no tengo ni televisión, me pregunto si habrá España hoy… me da que estamos a cada minuto a punto de estallar en e caos y la destrucción…

Está claro que nos odiamos mucho entre nosotros y solo nos vemos las diferencias para sacarnos los ojos…
Si, eso es. A mi me gusta la diferencia, como la que hay entre el bien y el mal o de ser así, o de ser catalán. ¿Tienes un filtro?

Pues no, pero toma un cartoncillo. Oye por cierto, esa piedra…
Ah claro, toma, ahora solo tomo caramelos, ya se lo dije a Broncano.

Gracias. ¿Sigue yendo a mover tu esqueleto que tan bien has cuidado siempre de él?
¡Claro!

¿Cómo están tus hijos? ¿Los llevas al colegio?
Después de un encenderse el cigarrito y pipar cinco veces tranquilamente me respondió:
Si, soy un gran padre. Los traigo a l’escola del somiatruites.

Una vez di gracias a Dios por permitir que artistas como tú les vaya bien y puedan seguir dándole emoción al mundillo de la música… Si todos fueran súper vendas a mi solo me quedaría el vicio…
Dímelo a mi. Si no fuera porque me dieron una oportunidad y de casualidad, la supe aprovechar, no me preguntes cómo, seguiría trabajando en el mercado y fumando porros todo el día, que por cierto, le compraba el chocolate a Estopa. Me encanta cantar.

Dime la verdad, ¿Jamás mataste a alguien?
No, jamás, ni tampoco me cubrí el cuerpo con purpurina, rosa, ni me subí a un campanario a gritar a esos hijos de la gran puta que me están jodiendo la existencia… Te lo juro Tito. El camino más salvaje no siempre implica muerte y drogas y rock and roll… mi camino me lo paso jugando por la calle, bailando a veces y cantando tanto como puedo.

Por último, Albert ¿a qué tienes miedo?
En mi obra de teatro musical lo explico muy bien… he escrito canciones bonitas que he aprendido a cantar y ahí están, volando por ahí. Bien, amigo, tengo que irme a columpiarme un rato antes de ir a hacerles la comida a mis hijitos.

Albert agitó la mano efusivamente para despedirme y me sonrió como un niño feliz e inocente… me di cuenta que se llevó la colilla del cigarrillo…
Está loco, pero también es adorable y lo queremos…

Notas con cariño:
Esto es un pequeño homenaje a un gran artista que adoro y admiro y quién le debo mucha inspiración y buenos ratos… Albert Pla es único y ojalá nos dure muchos años más creando desde lo profundo de su corazón inocente y puro y su mente retorcida y bizarra. PD: Pronto la reseña de su libro, España de mierda, que ya leí hace unos meses pero no encontré el momento de reseñarla.
Gracias a todas y todos mis queridos lectores por seguir ahí un año más, leyendo cosas poco comunes como las que intento compartir. Un abrazo sincero.

El món segons Pla (relato en español)

La reflexión (literaria)

En esta ocasión os traigo una reflexión sobre la literatura actual, espero poder hacer muchas más y ofreciendo una lectura de la misma no tan solo eso, que es más bien la apertura de un debate (que sinceramente espero generar a la escala que sea).

Para estar viviendo la época de mayor cantidad de información de toda la historia conocida de la humanidad, creo que se podría hacer mejor en todos aquellos ámbitos pertenecientes a la «no» utilidad. Y aquí termino la parte más genérica para darle vueltas a esa idea de lo que no es útil no se estudia.
La literatura parece haber perdido interés en analizarse a sí misma en estos tiempos(por favor, demuéstrame que me equivoco). Entiendo que una ola creciente y aparentemente infinita de más autores y obras es abrumador. Sí antes se publicaba quizás unas diez mil obras y se rechazaban noventa mil, ahora es posible que se publiquen veinte mil y todas las que serían rechazadas se auto-publiquen. ¡Angustioso! El principal punto de esta, «supuesta por mí», falta de análisis de la literatura contemporánea erradica en el hecho que se eliminar lo que se considere inútil o hacer útil lo que no lo es.
Aquí entra un debate muy asqueroso a mi modo de ver. Pues para mí la literatura es extremadamente útil; es terapéutica y educativa y en nuestra era, por la facilidad tecnológica y la idea de convertirlo todo en un producto, se solapó esas grandes virtudes útiles de la literatura con el puro entretenimiento. Con eso afirmo que se sigue escribiendo bien, se hacen grandes historias, emocionantes, educativas y terapéuticas pero ya no es destacado como valor principal.

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Digamos que la FUNCIÓN LÚDICA ensombrece TODO lo demás.

El valor más importante es el número de vendas del cual se gradúan los demás valores importantes: número de lecturas, críticas y capacidad de generar productos a su alrededor: películas, camisetas, videojuegos… Que sea una vaca lechera en lugar de un ternerito.
Pues bien, hay que avivar el fuego de la reflexión, el estudio de todas aquellas materias más allá de la capacidad de enriquecer (que no es malo). Yo fui muy anti-capitalismo, ahora, no lo defiendo y creo que podemos encontrar un sistema menos exigente en adaptabilidad y se acople más a nuestra humana piel; sin embargo, por fin entendí todos los méritos que tiene ese capitalismo salvaje ofreciendo a todos los ámbitos en los que tengamos interés la posibilidad de que hayan recursos para desarrollarlo más.
¿Qué podía hacer antes un buen médico para estudiar enfermedades desconocidas si tenía que dedicar todo su tiempo a curar las conocidas porque no había nadie que pudiera mantenerle a él (o ella)? Eso es extrapolable a cualquier ámbito.

Retomo ahora la literatura. Dije que hay que avivar el fuego, así, como un deber, como nuestro deber. Porque si no hay autores que quieran conocer sus tiempos… ¿Hacía dónde vamos? Y no digo que no haya futuro si no se conoce el presente, al fin y al cabo escribir, escribimos, leer, leemos y dinero hacemos para mucha gente, así que futuro literario lo habrá mientras no nos extingamos. Pero, ¿podemos caer en un círculo de repetición? Apoyados en la idea de que está todo contado, es demasiado fácil caer en la comodidad del modelo bestseller como el único ÚTIL para nuestros tiempos, mezclado con el new age de: «debes hacer lo que te salga del corazón, que siempre será lo mejor».
Ahí tienes harry potter con un camino del héroe moderno y impresor de billetes. Y repito, no crítico eso como que sea algo malo, pero no debería solapar el resto de literatura, necesaria para conocerse como individuos y como colectivo… Más ahora que estamos confusos por ir tan rápido y sin destino claro.  Entonces mis preguntas son las siguientes: ¿Qué estamos escribiendo? ¿Cuáles son los últimos testigos recogidos? ¿Qué hay más allá de los modelos económicamente útiles? ¿Para quién es la literatura? Esta última, le he puesto un hiperenlace a un artículo que me pareció muy interesante donde entrevistan a un crítico/escritor que se planteó y se plantea muchas de las cuestiones sobre la literatura. Considero importante ignorar la política en este caso, la ideología es innevitable cuando se escribe, la intención de confrontación política no, yo hablo desde el arte y por el arte, lo demás no son mis temas.
Podemos apoyarnos con cierta comodidad al empleo paga-facturas para escribir siendo libres como no podían muchos de nuestros antepasados, eso me parece una oportunidad desaprovechada. Lo que quiero decir, y ahora vuelvo a generalizar englobando todos los artes que hemos desarrollado: Esta época debería ser dorada para el arte, tenemos los medios para crear sin límite, expandir el máximo la creatividad. Y sin embargo… Hacemos productos fáciles de vender, digerir y olvidar, adaptándonos tan bien al sistema que olvidamos que la máquina la hicimos para que nos sirva ella a nosotros y no al revés. Hay que investigar caminos nuevos (los hay, o por lo menos vale la pena escribir pensando y deseando encontrarlos), trabajar juntos para aprender y generar nueva literatura, desacomodarnos, retarnos de nuevo.
Me gusta imaginarme peleando con un dildo engarzado en la punta de un florín, contra Arturo Perez Reverte, por el honor de la literatura, por recordar el largo camino recorrido y las nuevas fuerzas para continuarlo saliéndose del circuito cerrado.
Un director de cine que me gusta mucho dijo: Hay que hacer una película que, aunque no te guste, dé dinero y poder hacer la siguiente a tu manera y principios aunque eso conlleve menos ganancias. Lo dijo Kevin Smith, y para mí esto deberían ser los principios básicos de cualquier artista que no tenga la suerte o el enorme trabajo de hacer coincidir su estilo y talento con algo muy comercial (que también se consigue): ejemplos que admiro mucho de esto son: Roberto Iniesta (extremoduro) y Bob Dylan (no hace falta presentación) en el mundo de la música, David Linch (cine de autor), Alan Moore (novela gráfica y cómics) y otros tantos que logran esa maravilla de vivir haciendo lo que quieren sin necesidad de generar un producto, manteniendo orgullo de artista.

Me gustaría terminar esto animando al debate a todos aquellos colegas de profesión que lleguen aquí por las casualidades algorítmicas de Internet. Hablad, compartid, pensad y hacerlo más allá de ventas, que también y por supuesto son importantes.

La reflexión (literaria)

La maleabilidad de la poesía

Tan volátil, tan libre que…

No necesita esqueleto.

Es viento, por el movimiento de gigantes,

Aves,

Montañas.

Si la creatividad no parece tener ningún final, la poesía se creó para representar eso.

Hace poco me retaron a crear un micro poema usando únicamente los títulos de 3 a 5 libros.

Este fue el mío:

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Podemos construirle ágilmente la sexta extinción.

El reto vino dado por un profesor de un conservatorio de León llamado, Juan Luís García. Aquí la noticia. Y a continuación os muestro un seguido de poemas gráficos que participaron al reto.

 

 

TinaDeLuisMicro-poema
Tina de Luis

Lorena IpuntoMicro-poema
Lorena Ipunto

MicroPoemaRoman
Román Sanz

 

Micro poema con libros
Elisa García

MicroEli01
Elisa García

 

Jordi Ledesma

Al participar en este reto, me acordé de un libro del que hablé en el blog. Escritura en la libertad. La poesía permite tantas formas de expresarla como un río de cambiar de forma, profundidad, dirección…

La poesía no necesita forma. Es río sin estar sujeta a nada. O puede que ser un océano…

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Fragmento de un poema de Cesárea Tinajero.

Poema propio a la poesía, semi-automático.

La manzana del árbol creció tras la última lluvia sin más futuro que una única caída libre como vida. Se la estaba comiendo un gusano. Un humano mordió la manzana y medio gusano. No hay disgusto para aquellos que aprecian la vida, para los que conocen su lógica.
Se la terminó, y el gusano también.
Se tumbó bajo el manzanar, aquella persona sabía disfrutar de su fruto, de su sombra y hasta de su tronco como apoyo.
Semillas sintieron su nacimiento en aquel antro cálido y húmedo como vientre de madre.
Hermosos manzanares brotaban del interior de la persona; crecieron a explosiones.
Atravesar la piel fue  más fácil de lo que una puede creer.
Los recién nacidos querían abrazar a su progenitora y se afanaron a crecer.
Se retorcían en el aire, expandían sus cuerpos con hojas capturando luz.

Espirales, espirales vegetales vivían y respiraban fuerte. Duendes suicidas se colgaban de ellas. ¡Ser inmortal! (el mágico)

Yo no quiero ser más alimento, no quiero reciclarme más.
Abandono el ciclo. Rompo con el Samsara. Lo dejo. Como si nunca lo hubiera amado. Como si siempre hubiera podido irme.

Ahora me reinventé.
Copié del viento y el agua sus formas.
Llené el cuerpo de sangre, y aprendí algunos bailes. reconstruí los pasos
Crecí hacia abajo y fuí espiral que ya no sigue pautas.

Ahora sí. Ya sé volar.

Soy canto, y mujeres y hombres sueñan con que vivo en sus corazones.

Los ocupo, los acelero, cambio y marcho. Una y otra vez.

Hincho tus pulmones, reinvento el grito eufórico.
Reinvento tu latido.
Soy y seré vuestro lenguaje favorito.
El único lenguaje que interprete vuestra alma.
Que la exprese con palabras.

Estos son unos pocos ejemplos de la libertad de la poesía. Puede que muchos poetas no estén de acuerdo (Nada más humano que la contradicción), y también tienen razón.

No hay otro lenguaje que exprese mejor las emociones humanas. Este nuestro lenguaje emocional, la poesía. Quizás es por eso que cuando intentamos analizarlo nacen muchas interpretaciones. Solo nuestra lógica emocional (nuestro sistema neuronal en el corazón) es capaz de interpretar correctamente un poema, pero expresar ese entendimiento con otras palabras se vuelve todo un muro.

¿Lo has intentado nunca?

La maleabilidad de la poesía

Zenda Libros

Es curioso que lleve el nombre de una prisión literaria (Anthony Hope) el sitio web creado por un grupo de amigos escritores. Otra forma de verlo es que no podía llevar otro nombre.
En muchas ocasiones los escritores tendemos a sentir que nos «descargamos» directamente de la nube de la imaginación algún elemento de nuestros libros. Por ejemplo el nombre de uno de nuestros escenarios.

Zenda, un lugar de encuentro y aventura. a taberna de literatos y literatas. De amantes de la pluma y la tinta, sus perfumes y rugosos tactos del papel.

En Zenda seréis prisioneros paseando entre miles de celdas repletas de letras.
Podréis encontrar reseñas de libros, artículos de opinión, blogs, libros por supuesto, entrevistas y recomendaciones. Un lugar donde intercambiar palabras entre cómplices, ya seas escritora, lector, periodista o agente literario. Ya vivas en España, Perú, Equador, Argentina o Panamá. Si expiras curiosidad por tus poros y disfrutas de escribir y/o leer este es tu sitio.

Zenda Libros