Reseña Intrusión, de Román Sanz Mouta.
Fase cero
La única persona en el mundo a la que no capturaron, mataron, comieron o esclavizaron desde la invasión hasta el presente, se escondió; en la montaña más alta del planeta.
El resto seguimos prisioneros, tiranizados, cobardes…
Juntos.
LA INVITACIÓN
Vamos a conocer los mecanismos del camino de la memoria, los recuerdos soñados o vividos.
Descubrir toda la verdad y la mentira en aquellos rincones del cerebro donde escondemos, temerosos, nuestros miedos y vergüenzas, traiciones y maldades inconfesables.
Os invito a leer la intrusión de Román Sanz, tal y cómo él lo hace. Os convido a ser el lector detective, el cual es el que más diversión y aprendizajes se lleva de cada lectura.
Intrusión trata sobre un arriesgado experimento mental que realizan Beatriz, Joan, Adrián y tú, lector. Un viaje entre sueños, charlas, recuerdos y la desconcertante realidad a la que no sabemos cómo hemos llegado a ella.
Para esta reseña, creí oportuno probar algo distinto. Pues, podéis creerme que no se trata de una novela común. No es líneal y esconde tanto como muestra (sino más). Así es como inspirado por el estilo Romaniano (del que se hablará), decidí crear un nuevo tipo de reseña (creo es nuevo).
Acechando. “¿Quién nos mira? ¿Quién nos sigue? ¿Quién nos vigila?” Eso se pregunta, eso se preguntan.
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La reseña creativa
La intrusión
Joan no podía quitarse la sensación de estar siendo observado. Ninguno de los dos podía, pero más le costaba a Joan por encontrarse en su territorio, sus dominios.
Había algo, en el resquicio de la mirada, un ángulo oculto. Algo que escapaba al intentar enfocarlo. Una sombra solapada a cualquier otra sombra, disfrazándose de ella, robándola.
Acechando. “¿Quién nos mira? ¿Quién nos sigue? ¿Quién nos vigila?” Eso se pregunta, eso se preguntan, incluso alguna vez con percepción compartida. Pero no hay respuesta a la paranoia.
Porque, a estas alturas de la vida, confunden fantasía y ficción con realidad.
Porque viven fuera del presente. Porque quieren vivir fuera del presente.
Robin Soenz , acude a a la sección de historia, para ver si ya figura en ella y puede morir.
Observa con atención aquel par de jóvenes en la última mesa de la biblioteca y elige uno como víctima de su juego. El viejo juego consiste en escribir sobre una persona desconocida presente en el lugar donde te encuentres.
Empieza:
Se levantan y deciden abandonar la biblioteca. Tienen una cita. Con la misma mujer.
Para que queden claras las dudas, una performance, ésta en concreto, es como una obra de teatro, una representación que puede ser colectiva o individual. Y que suele estar apartada del arte convencional por alguna faceta diferente.
Lo extremo, lo cruel, lo extraño, y así sucesivamente. En este caso, asisten, previo abono de la entrada a la intrigante:
“TEATRO KABUKI DE MARIONETAS INVISIBLES QUE DISCUTEN”.
Intrigados, los dos jóvenes, que ahora bautizo, como autor que soy del juego, Adrián y Joan. Ojean entre las filas de sillas, buscándola a ella, y ella aparece para colocarse detrás, con ventaja.
La función va a empezar, y estéis listos o no, no podréis cerrar los ojos, ni el libro. Bienvenidos a la intrusión.
Mapa de recuerdos, la segunda intrusión.
Ella lo tenía claro, más tras la noche anterior. Ya sabe cómo son. No ha pensado en elegir. No se digna a ello. Merece más y se valora como debe. Deja que sean ellos quienes decidan. Están igualados siendo distintos, el valiente, el más atrevido, el que no dude, el que haga lo suficiente, y eso es mucho, la ganará.
Con todo lo que han ganado hoy, la sensación en la suma es de pérdida.
Joan y Adrián se miran. Hay una competición en marcha. Cada uno tiene sus virtudes y sus armas para este juego. Jo lo corta de raíz. No habrá rivalidad, porque no dará lugar. Antas hubo algunas ellas. Pero no eran ella. Me voy a pasar la noche con ella, dice Joan. Será si ella te deja, responde Adrián. Y joan solo sonríe, con la confianza de un siempre ganador.
COMPRENSIÓN Y DESCOMPRESIÓN
Beatriz se debate entre tres corrientes de pensamiento, que varían dependiendo de cuánto quiere, cuánto sabe y cuánto cree. El amor, el conocimiento y la certeza.
Empecemos por el principio del desorden.
No sabe qué ni cómo, pero cada noche llega a ellos, a él. Espía, descubre, está presente…
Han vuelto a entrar. El último viaje ha sido una promesa. Algo a cambiado. Adrián lo sabe, es él mismo. Jo solamente lo nota. Siente el peligro. Suenan alarmas por el interior de la cabeza, y es una sensación curiosa, ya que ambos están dentro de esa mente.
Echan a correr, sin elegir dirección, porque no pueden. Salen disparados en el mismo sentido. No debiera ser así, no tendría que haber sido una competición.
No hay apenas espacio físico, mucho menos caminos, calles o carreteras. Cajas y cajas, cajas dentro de cajas que están dentro de otras cajas. Cajas amontonadas, cajas enterradas, cajas tituladas y otras sin marcar, cajas precintadas y otras abiertas; miles de cajas de cartón, papel, hierro, plástico y madera. Entre ellas, se abre camino…
Plan B. Pienso en quedarme solo. ¡Qué difícil! ¡Joder, se me va la olla! La suya y la mía, la tuya y la nuestra. Harto de tanto pensar, de tan rebuscado habla…Jajajajaja.
Todo sobre intrusión
Espero haberos llenado la mente de ganas de haceros con intrusión. No os dejará indiferentes.
También deseo que esta intrusiva reseña os haya impactado y sorprendido, voy a probar el método par otros libros a ver que tal funcionan.
Muchas e intensas lecturas