Las personas tendemos a todas direcciones. Como la propia creatividad, no hay ningún mundo que no estemos dispuestas a penetrar y sentir en plenitud sus formas.
Los límites que nos marcamos en lo que hacemos son casi únicamente para separar la gente que puede o le interesa ver lo que hay muy lejos de la costumbre y la realidad que vive, de la gente que no puede o no le interesa verlo.
El género de lo grotesco, de todo aquello que nos puede parecer repulsivo, duro incluso nauseabundo, se va haciendo un sitio en el cine con películas como Pink flamingo, A serbian film o Videodrome.



A mi personalmente me fascina que se puedan sentir emociones contradictorias visualizando esta clase de cine.
Pues tiene por lo menos 3 clases diferenciadas de público:
1. Personas que se excitan viéndolas como de cine porno se tratase.
2. Personas que disfrutan explorando el imaginario grotesco.
3. Curiosos, viajeros que simplemente buscan en cualquier mundo que les parezca interesante, conocer sin miedos ni complejos todos los rincones del ser humano.
Con el tiempo he ido viendo películas de este tipo, algunas me afectaban varios días, otras se iban a las pocas horas. Pero todas conseguían mejorar mi creatividad. Un nuevo (para mi) lado del ser humano muy potente y con capacidad de hacer mover a las personas a vivir, mostrar y observar experiencias surrealistas.
En el mundo de la literario también se encuentra este género y aún no me he atrevido a explorarlo. Con la capacidad de un libro de hacerte imaginar tú mismo las acciones, puede provocar unas emociones mucho más intensas.
Buscando un poco me encontré con tres novelas de la escritura hispana muy interesante dentro de dicho género. Podéis saber más en este link.
¿Porqué nos atrae esto? El morbo esta ahí, nos gusta, sí, puede acomplejar y a veces es demasiado salvaje para salir del mundo alternativo. Estando íntimamente atado al dolor, a la repulsión, fanatismo y en muchos aspectos a la locura… ¿Por qué? Obvia respuesta contestada en el primer párrafo. Nos gusta andar todos los caminos, sean como sean, vayan donde vayan.
Sin embargo algunos caminos tienen un menor número de caminantes, y esos caminos menos poblados suelen ser los que más me atraen como persona y como escritor.
Un mensaje que siempre deja cualquier artista que crea una obra grotesca, es que no ha llegado al final. Cualquier persona que se haya adentrado a este mundo a baja lumbre sabe que la cueva nunca termina. Siempre hay unos metros más allá por andar si te atreves.
No sé si soy un tipo ambicioso o no, pero sin duda me gusta avanzar por caminos difíciles, por lo menos un tiempo, hasta saciar la curiosidad. Eso sí, en la comodidad que da la ficción. Hay belleza en el auto-reto.
Por último quería dejar constancia de que la palabra bizarro, siempre conocida y usada por mi como sinónimo de grotesco, raro, extravagante, en español significa valiente. Lo valiente que se tiene que ser para profundizar en un pantanoso tema como es este. El error de significado se debe a que la palabra en inglés ‘bizarre’ si significa grotesco, y como pasa siempre, su uso popularizado acaba cambiando el significado. Pero bueno tampoco me parece un problema, el lenguaje está vivo y como tal tiene que cambiar.
Siempre recomiendo ‘googlear’ a menudo todo aquello que incite vuestra curiosidad que, como lectores, siempre está hambrienta.
Un saludo, y mis disculpas por aminorar la cantidad de post. Será el calor, será un tiempo de baja inspiración, pero me faltan ganas de escribir y ahora solo leo y leo. Espero que pronto acabe y vuelva con fuerzas renovadas.