En motivo del congreso internacional que se celebrará en Madrid de 2 al 13 de diciembre, he aquí una perspectiva aproximada de la realidad desde un prisma de ficción:
Relato participante del concurso: Zenda, el cual algún día ganaré ( o en ausencia de victoria, seré leído por el jurado final más allá de esos invisibilizados lectores previos a los que mando un cálido saludo).
—Cambio climático mis cojones ardientes.
—Señor, cálmese, hay cámaras delante.
—¿Y qué? Con la de pestes que hablan de nosotros igualmente, me suda la polla y los huevos que me graben. ¡Mentirosos de mierda! ¡Viva España!
Así señores se expresó en la última rueda de prensa el señor Hortelano Heredia, político de raíces andaluzas, sin pelos en la lengua y gran vocación de gobierno.
El cambio climático es un tema preocupante para muchos pero sigue siendo discutido su autenticidad a pesar de las evidencias. Escuchamos ahora el enviado del partido poesía verde:
—
Son hojas cayendo en una lluvia de verano… en pleno invierno.
Es hielo resbaladizo, granizo, sólidas lágrimas.
Eran rayos cálidos y agradables antes de ser láseres quema-pieles.
Y ahora son arenosos, endebles, silenciosos.
Hay métrica, señores, pero nadie trajo flores,
vulneran derechos que nunca dejaron de ser una ilusión.
—¡Vuelve al campo, idiota!
—Es usted un iluso, la economía es lo único que sostiene el orden social.
—No sé porqué permitimos entrar a los rojos, solo existen para joderlo todo.
Vídeo promocional en la lucha contra el cambio climático
Una flor arde en combustión espontánea delante de un cerro desde donde se desbordan múltiples ríos arrasando árboles, casas, pueblerinos y ciudadanos, españoles y franceses, independentistas, ácratas, soldados y pacifistas, nacionalistas de todos los países, rocas, carteles de Repsol, banderas promocionales de Shell, globos aeroestáticos de Interbank e incluso un satélite recién lanzado de BBVA. Un eslógan se interpone escrito en comic sans de color rojo:
A todos nos arrastrará la misma corriente, independientemente de nuestra responsabilidad (que todos compartimos). Esto ya no se trata de asustar, si tu casa está ardiendo sabes que debes apagar el fuego, no importa quién lo incendió, si fue un accidente o simplemente era algo inevitable, natural…
Uníos a la campaña.
En las afueras del congreso
—Pues como te lo digo, después de una hora de perreo la muy guarra se fue al baño con otro chaval.
—Vaya mierda, Dani, pero por lo menos no te gastaste la platita en ella, venga, pon al fucking Bad Bunny.
Una realidad patética
No pensé caer tan abajo en el pozo de la desesperanza. No sé si hay algo que salvar o es mejor permitir al planeta cambiar y dar una oportunidad a otra. Quizá el post-perro, a lo mejor otro intento partiendo del mono, o unos delfines que desarrollen dedos para construir ciudades acuáticas. Puede que nuestro tiempo esté apuntito de terminar como dice la ley de la multiplicación.
Firmado: El matemático deprimido.
Iberdrola
El camino está marcado, la inversión pactada, nuestros socios se sienten optimistas y la bolsa se mantiene regular, no hay nada que temer, el mercado es fuerte y lo seguirá siendo por lo tanto seguiremos en pie, el cambio climático será tratado como un obstáculo a reducir y asumir.
Firmado: La junta de accionistas.
Entre el caos
Todo el equilibrio se tambalea desde su nacimiento, no importan las formas ni elecciones. PERO. Aquí permanecemos, vivos, con nuestro libre albedrío y reunirnos, pactar, dialogar y accionarnos es un deber.
Un par de palmeras dobladas marcan una “uve”, pero aguantan el huracán. La arena está ardiendo, tanto que parece ceniza vidriosa. El mar tiene sed de tierra y se la beberá irremediablemente. Yo, me dignifico y acepto la responsabilidad. Aquí moriré, frente el acantilado, cuando la primera gran ola llegue. Justo después de ver desaparecer el complejo hotelero de la gran playa de la concha.
Corbatas, camisas y rastas
Incluso nosotros, con nuestra roja ideología, sabemos que hay cosas que deben prevalecer a las rencillas políticas. Por eso damos la mano al liberal y al conservador. Que la tierra sea campo de crecimiento y no de muerte depende de todos.
La ciencia
¿Está conectado esto? ¿Hola? Escuchen, la realidad es…
No queremos ser
No queremos ser los abuelos arrepentidos y solitarios del fin del mundo. Por eso luchamos.
No queremos ser los testigos de nuestros errores sin remendar.
Por eso combatimos.
No queremos legar el caos ecológico, la falta de equilibrio ni la famosa huella.
Por eso nos reunimos y trazamos los planes que nos alargará la existencia hasta un futuro incierto más lejano…
Nos vemos en Madrid.
Firmado: Delegados de la humanidad