Tormentas de mierda en la nocturnidad chilena

Reseña comparada de Nocturno de Chile de Bolaño y Tormentas de mierda de Jorge Morcillo.

En esta ocasión he escrito una articulo de literatura comparada. Mi primer artículo en esa línea. No sé cómo saldrá, pero con que lo disfruten y esa tormenta de mierda no les anegue me basta.

Un invento aún sin patentar podría ser un forrado especial para libros que provocara la reflexión del ruido, las salpicaduras de saliva lanzadas por enfermos de verborrea que son esos tertulianos de todos los ámbitos imaginables, y las no menos desagradables manchas de sangre que dejan los ultrapolitizados cuando leen El capital o Mi lucha.

El joven envejecido Cantonella

Hace unos días terminé de leer Nocturno de Chile, una novelita de Roberto Bolaño sobre el mundo literario de Chile en la tumultuosa época entre la subida del poder de Salvador Allende y el golpe de estado de Pinochet, todo ello narrado desde la perspectiva de Sebastián Urrutia Lacroix. Lacroix es un cura, poeta y sobretodo crítico literario. Este último título es el más importante, pues con esa excusa, Bolaño nos habla de decenas de escritores y escritoras chilenas. Habla de Farewell, quien, de algún modo, a Sebastián le gustaría ser, aunque no se atreva ni a pensarlo, aunque pueda ver que es todo aquello que le asusta y le es prohibido por su iglesia, sus pesados dogmas a las espaldas y su recto pensamiento actuando indefectiblemente como zanahoria de asno, abriendo un largo camino recto sin paisaje ni desvío hasta la cristiana sepultura. A pesar de presentarlo como un personaje de mentalidad derechista, lo que queda más claro es que es temeroso de todo. No quiere involucrarse en nada que no tenga que ver con literatura, pero no entra en ella con valentía. Tanto es así que incluso cuando le ofrecen un trabajo sobre remodelar iglesias para su mejor conservación, lo que piensa el curita es en la poca cultura literaria de sus compañeros de fe, quienes no leen más allá de la biblia, la cual tampoco pueden sacarle mucho partido.

Al otro extremo de esta historia nos encontramos con dos amigas, una de ellas jefa de una editorial de provincias en España y la otra una banquera y escritora que esconde esa segunda profesión en secreto para poder publicar novelas gamberras, rozando el terrorismo, bajo un misterioso seudónimo. Esas novelas encajan peligrosamente con la línea editorial de Storm and drunks, la editorial de su amiga desde la cual lanza al mundo novelas escritas por mujeres con una única excepción, las novelas de un escritor casi anónimo, orgulloso tanto de sus obras como de mantenerse al margen del mundo desde donde tan solo lee, escribe, escarba y critica con dureza al resto de población. A diferencia del Nocturno de Chile de Bolaño, Tormentas de mierda pretende ser más cómica que dramática y la crítica directa como una flecha en lugar de sutil y lírica como lo hace la novela del chileno. Jorge Morcillo, siendo un discípulo espiritual de Thomas Bernhard y amante de la obra de Bolaño, nos presenta aquí una divertida y disparata novela de escándalos literarios y aunque mete el pie en la política a la que básicamente critica con dureza y claridad, no se baña en un conflicto como le ocurre al protagonista de Nocturno, que describiendo poco y sutil muestra un mundo que cambia muy rápido y violentamente a pesar del protagonista que no se atreve ni a describirlo, prácticamente ni a juzgarlo. Nada que ver con ese paseo de El Taxista, novela de autoría de Pedro Cantonella, el único autor publicado por Storm and Drunks, donde el presidente del gobierno de España viaja por casualidad y el profesional conductor aprovecha la ocasión para realizar un acto de terrorismo poético y casual provocando un tremendo escándalo en el mundo cultural español.

Esas dos novelas con unas líneas narrativas bien dispares se encuentran en la intersección que provoca sus títulos:

Nocturno de Chile fue el segundo título de la novela. El descartado por petición externa a Bolaño fue Tormentas de mierda . Jorge Morcillo, conocedor de la anécdota y de la obra del chileno, se dejó llevar en un mesecito de inspiración y escribió entre risas, probablemente algún que otro trago de coñac y su imprescindible delirio febril literario ésta novelita: Tormentas de Mierda, siempre nos quedará Bolaño. Podría tratarse de una antítesis de la obra de Roberto. Como no soy gran amante del orden os expondré paralelismos y opuestos uno tras otro. Disfruten de literatura comparada hecha por un juntaletras sin título universitario.

Sordel, Sordello, ¿Qué sordello?
Nocturno de Chile – Roberto Bolaño

En Nocturno de Chile nos encontramos una parodia de la literatura chilena, desgraciada y subyugada a la aferes políticos. Desde la tristeza y la comedia se describe un país arruinado y deprimido donde no hay sitio para más de un escritor reconocido, que no bueno. En cambio en Tormentas de mierda nos encontramos con eso mismo, pero con un poderoso rayo de luz. Una rebeldía, un ataque permanente a lo que por otro lado se mantiene como el estatus quo, un país de derrotados, de cabizbajos, de depresión, de lameculos del poder, un país de literatura moribunda. <<Un país donde nadie lee es un país donde no merece la pena vivir>>. Ese rayo de luz son las novelas de un desconocido autor que empieza a triunfar en las librerías a pesar de su nulo esfuerzo en ser reconocido. La editora de ese misterioso escritor que ya he nombrado casualmente más arriba se dedica a comentar los emails que envía y recibe a su autor favorito, ese que consigue suficientes ventas con sus novelas que permite seguir publicando más libros sin caer en la bancarrota. Ese autor es Pedro Cantonella, el único autor hombre de la editorial Sturm Und Drang.

Pedro Cantonella es cualquier cosa menos simple.
Tormentas de mierda, siempre nos quedará Bolaño – Jorge Morcillo

Recuerdo que mientras leía Tormentas de mierda iba pensando todo el rato en los guiños que el señor Morcillo dejaría para hablar de la obra de Bolaño y es curioso y hermoso lo bien que lo puede hacer un escritor al nutrirse de buena literatura y después crear algo nuevo y original conservando ese espíritu de las obras anteriormente consumidas, poseídas, absorbidas y aunadas parte del mundo literario del autor/lector.

Después, leyendo Nocturno de Chile continuaba pensando en las Tormentas y le buscaba los paralelismos. Es muy interesante que la novela de Bolaño la escribiera en un párrafo. Es prácticamente marca de la casa de Thomas Bernhard y por lo tanto un recurso muy querido y usado por Morcillo. ¡Sin embargo en Tormentas tenemos capítulos! ¡Tenemos pausas! Hasta se diferencian partes titulándolas y se cambia de narrador de la editora a la escritora, cosa que en Nocturno ocurre tan solo en pequeñísimas y sutiles ocasiones donde el viejito Lacroix cede la narración a el Joven envejecido, pero éstas no interrumpen todo lo que la fiebre, la vejez, el miedo y el cansancio de toda una vida sigan contando todo lo vivido, todo lo leído y pensado.
Y después de tanta cháchara, os preguntaréis cual es el nexo más allá del título y el amor por la literatura entre ambas obras. Pues yo lo veo en el tema que tratan ambas: La rebeldía en un entorno literario. En Nocturno de Chile Bolaño trata su ausencia, la sumisión al poder reinante con o sin disgusto, dubitativamente quizás pero nunca confrontado. En cambio, En Tormentas de mierda, quizá como el propio hecho de rebeldía que supone el no acceder a cambiar el título, Morcillo homenajea la valentía, el acto reafirmante de un creador para con su obra tal y como la concibe. ¿Es por eso Bolaño un cobarde? No lo veo así pues un poeta que quiere vivir de escribir y se encuentra obligado a la narrativa y al éxito comercial para ello y evitar dos terribles destinos como son trabajar de lo que uno no sirve tan solo para una deprimente supervivencia y renuncia a sus sueños y traición a sus habilidades y deseos. ¿Es un mal menor permitir que los editores te ayuden a convertir tu obra en algo más vendible? Sí, para mi. Incluso más que un mal es un cambio útil, pues el título en este caso aunque cambia la obra de un tono más salvaje a uno más poético y amable, la obra expresa toda la tormenta de mierda que el autor quería compartir. Es así como Jorge Morcillo, toma el testigo de Bolaño y le dice: tranquilo, compañero, yo diré todo lo que tu no pudiste, sin la necesidad del dinero ni la fama ni el reconocimiento, tan solo por el placer, tan solo por estar en el mundo, para recrearlo y compartirlo, para el gran goce de la lectura, tan solo y por nada menos que la LITERATURA, cojo el testigo y expreso mi rabia, mi rebeldía, nuestra fuerza expresiva para decir a bien escritos chillidos lo que hay, lo que ocurre, lo que hacemos, lo que somos.

Mis dos partes favoritas de Nocturno de Chile son en más o menos el inicio, donde Bolaño cuenta la historia de un zapatero del desaparecido imperio Austrohúngaro. El zapatero es el mejor en su artesanía. Tan es así que el emperador lo invita a visitarle para poder conocerle en persona y felicitarlo por su increíble habilidad creando zapatos. La magia de esa parte es lo que el zapatero le propone al emperador. Un proyecto de gran ambición que el zapatero tiene en su cabeza y el cual está dispuesto a tirar adelante prácticamente con sus únicos recursos y tan solo le pide al emperador su beneplácito y algo de ayuda en la compra de materiales. El proyecto consiste en crear un cementerio en una colina, un cementerio que a la vez es como un museo y un parque al aire libre. Pero no un cementerio cualquiera, La colina de los héroes, Heldenberg uno donde descansan los huesos de los héroes nacionales y quizá algún extranjero que haga muchos méritos. El Emperador se emociona por esa idea tan ambiciosa y patriótica…

Aluciné con esa parte. Bolaño nos muestra lo que es el patriotismo… “Héroes”. Muertos. Eso es el orgullo patrio. Y luego volvemos a Chile… Y poco después empieza la toma del poder de Allende y poco después la reacción de los Estados Unidos, los militares chilenos y en una palabra: EL FASCISMO.

El Emperador, con lágrimas en los ojos, le tomó las manos y acercó sus labios a los oídos del zapatero y le susurró palabras entrecortadas pero firmes que nadie más escuchó y luego lo miró a los ojos, una mirada que era difícil de mantener pero que el zapatero, cuyos ojos ahora también estaban húmedos, le mantuvo sin pestañear, y luego el Emperador movió la cabeza varias veces succesivas afirmaciones y, mirando a sus consejeros, dijo bravo, perfecto, excelente, a loque los otros repitieron bravo, bravo.

Nocturno de Chile – Roberto Bolaño

La otra es quizás la parte favorita de los lectores de Nocturno. Oido y Odeim, miembros del gobierno de Pinochet, le piden al curita Lacroix que haga clases de marxismo a la cúpula militar de Pinochet y a él mismo. Él acepta, claro, desde miedo, desde el terror.

Con Tormentas quizá lo que más disfruté fue el monólogo de la escritora en su última parte y las descripciones de los libros inventados que escribe Pedro Cantonella, que son simplemente hermosos y valientes como ninguno… Toda la novela va sobre las ruedas del humor, la sátira y la rebeldía.

En conclusión, ambas novelas tienen un entorno parecido pero quizás en dos tiempos distintos, pues el Chile de Nocturno podría haber sido la España franquista y la España de “Pedro Cantonella” podría bien ser el Chile de ahora salvando las distancias… Ambos países tienen una población con un carácter parecido curiosamente y una relación con la literatura igual de comparable.

Os animo, como siempre, a leer ambas novelas, son una gozada. Ambas cortas, potentísimas, emocionantes y hasta baratas. Creo que me costaron entre 10 y 12 euros cada una.

Leed mucho pero sobretodo leed bien, con ilusión, con espíritu crítico, corazón y sensibilidad.

Tormentas de mierda en la nocturnidad chilena

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